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Mostrando las entradas de febrero, 2024

mardel

Llora el alma al ver que se paran de cara a la playa y no así con ganas piden una foto, pero solo de arena y no así del mar de casas. Mi ciudad es más, mucho más que una playa; más que el pobre que la visita sólo por alfajores y una sambullida. Mi ciudad, mía, mía; no te valoran suficiente, te usan, te desprotegen, pretenden que 24/7 les satisfagas sus más banales deseos sin ellos dar a cambio ni el más sentir ni el profundo urgir de paz y cuidado, de respeto honrado: mi ciudad no es un lavabo para que ustedes se desquiten las suciedades de todo el año; más vale que se ubiquen y aprendan rápido, una vez lo permito pero dos veces es pecado. Mi ciudad, me despido; ten cuidado, no te quieren como yo te quiero, no te aman como yo te amo.

(mi) hogar

Los acantilados respiran espuma, la brisa resuena a mar y las piedras, bien ubicadas, me dicen que llegué a mi hogar. Sus visitantes, en cantidad, aportan al paisaje ruido y claridad: estar acompañado o tener que compartir, significa también "hogar". Las olas sacuden, bravo rojo banderín clavado en alerta está. nada puede detener el ímpetu, hasta el sol se dejo ganar. Y me pregunto: y si me quedo acá? y si este es mi lugar? hasta cuando se puede vivir en una casa que no es hogar?